lunes, 5 de enero de 2009

NUN YE COUSA DE CUATRU DÍAS

N´estos días alcontreime un llibru curiosu d´una época escura, que demuestra que la cuestión llionesa nun ye cousa de face cuatro días nin ye inventu de cuatru espabilaos que tentan de sacai proveuchu del ríu revueltu de la política; que la hestoria de los nuesos reis nun ye un atificiu lliterariu de Joaquín Cuevas y que la vindicación llionesa de Llión vien de llargu. Dende lluéu´l Siñor de la Cuesta nun ye sospechousu de sere de UPL nin de Conceyu Xoven cumu podeis vere lliendu´l testu cun atención que ye curiosu y autual dafeichu y enforma. Guei vos traigu´l "PROPOSITO" a mou de prólogu ou entamu. Nun perdáis detalle y asperu que vos preste.


Nun tengu la portada ya qu´l mieu exemplar
ta encuadernáu cumu puede vese


PROPÓSITO

Elogios merecen las plumas que ponen de relieve la historia de la región de sus amores; pero no deben rebasar los justos límites ni olvidar el respeto que merece la de sus hermanas en la historia.

Castilla ha tenido y tiene plumas bien cortadas y dignas de ad­miración; a otras, aunque peritas y bien intencionadas, las ofuscan los entusiasmos regionales y la verdad no sale siempre bien parada de sus escritos.

Destaca entre los modernos, por la fecundidad de su pluma y la soltura de su galano estilo, el ilustre benedictino Fray Justo Pérez de Urbel, que ha escrito páginas brillantes en muchos libros y co­noce, con gran perfección, los recovecos de la historia medioeval es­pañola. Ha escrito mucho acerca de ella y es una pena que el en­tusiasmo por su región le haga olvidar el esfuerzo con que otras contribuyeron a la formación y grandeza de la nacionalidad española.

Al intentar volver por los fueros de León, es necesario dedicar­le una atención preferente. El lector se irá convenciendo de que no falta razón para ello.

La primera noticia de las tendencias del P. Pérez de Urbel en esta materia nos llegó antes del glorioso Movimiento Nacional y se debió a una conferencia-apología de Fernández González en el Cole­gio Cántabro de Santander, donde desarrollaba sus tareas la Uni­versidad Católica de Verano. Se publicó luego, como artículo, en uno de los números extraordinarios de "El Debate".

En la colección "Vidas", dirigida por Arrarás, apareció el año 1943 una biografía de Fernán, debida al escritor benedictino.

En el año 1945 publicó la "Historia del Condado de Castilla", que obtuvo el premio "Francisco Franco". Se amplían en ella los datos de la biografía del Conde y aun se copian páginas enteras.

En el mismo año, en la revista "Arbor", se publicó un largo artículo, con el título de "El milagro del nacimiento de Castilla", resumen del contenido de los citados libros, con repetición de los elogios a Castilla y juicios adversos a los reyes de León.

En el prólogo a la biografía de Fernán hace algunas adverten­cias dignas de tenerse en cuenta:

- la vida "de uno de los héroes más populares de nuestra Historia puede sorprender a muchos". (Los subrayados son nuestros.)
- la imagen del Conde aparece "evocada por vez primera en su realidad histórica";
- reconoce que sus afirmaciones "se apartan de la ortodoxia tra­dicional" y el apartamiento es tan grande que "para la justificación de tantas novedades prepara una obra extensa;
- de los romances legendarios aprovechó "aquello que a su ma­nera de ver está conforme con la Historia o no se opone a ella";
- con el poema de Fernán González hace lo mismo, pero recono­ciendo noblemente que en él "la Historia se confunde con la leyenda";
- y pone en guardia al lector con el párrafo final del prólogo: "Verá el lector que también yo he querido, no solamente relatar, sino pintar y describir, a fin de dar mayor movimiento al cuadro en que actúa la figura principal, teniendo siempre en cuenta el espíritu de la época y lo que podemos saber de su ideología".

Se ha exagerado el papel de Castilla y de sus Condes. A la for­mación de la España única contribuyeron los esfuerzos de todos. Mi propósito es dar al antiguo Reino de León lo que en justicia le per­tenece sin quitar a ninguna otra región nada de lo que se le debe.

Algo temerario resulta llevar la contraria a técnicos en la ma­teria. Les rindo el homenaje debido sirviéndome de sus aportaciones en forma tal, que no se encontrarán en estas páginas datos ni afir­maciones que carezcan de fundamento en lo dicho por alguno de ellos. En lo que no siempre les sigo es en la interpretación, en los cri­terios. Hace falta que León defienda su Historia; que ésta se escriba con criterio leonesista, dentro de lo que pide el respeto a la verdad y a los hechos. Estas páginas son una aspiración a ello: un primer paso. Dios quiera que escritores mejor dolados den los sucesivos, para bien de León, que es bien de España.

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