lunes, 12 de enero de 2009

COUSAS VEREDES COLLACIU SANCHO....

N´esti mundiu traidor cousas veredes inimaxinables, qu´ata los lque falan de "gilipollas", cae-yes la mexiada enrriba. Ye meyor nun criticar a los vieyos pur aqueillu del respeutu a los mayores y entavía pior si son famosos purque tan arrodiáos de mexiapilas y demás limacos ensin concha,que deixan mueita baba al sou pasu.

El siñor Cremer falóu dende´l sou altar periodísticu sobru la fusión de las caxas de aforros, nel "Diario de León" del pasáu xineiru y 11. Dadu qu´esta vegada nun se plegóu antia´l poder políticu, merez la pena llier lu que diz.




La fusión de las cajas es un problema

por

VICTORIANO CREMER

(Diario de León, 110109)


"TODO EN LA VIDA es un problema. El ser humano es el máximo problema. La vida que nos estamos haciendo es siempre un enormísimo problema.

Lo importante de los problemas no es su planteamiento, descubrimiento y encaje, sino su solución. Y a España, al mundo actual parece ser que le ha tocado apechugar con el problema de los problemas. Entre otros, entre los múltiples problemas que nos acosan, el de la fusión de las cajas de hhorro y monte de piedad o de desesperación, sigue trayéndonos por la calle de la Amargura.

No tenemos a mano la solución adecuada y nos vemos chocando contra todas las esquinas confiando en que el tiempo, que lo cura todo, también aplicará alguno de sus remedios para encontrar la solución de la pretendida fusión de las Cajas de Ahorro, naturalmente empezando por la nuestra, a la que aspiran ávidos especialistas en aprovechamientos. ¿De verdad, de verdad, León necesita ser absorbido, fusionado al conjunto que se anuncia?

Hay opiniones para todos los gustos. Ya no falta sino encontrar una adecuada que pueda servirnos para espantar los miedos que suscita la fusión. ¿Fusión para qué? ¿Para mejorar? Pero, señor, señor, si no nos es posible remediar el duro trance en el que nos encontramos, sino todo lo contrario ¿de qué milagro va a servirnos el que repitamos una y mil veces que, la operación, fusión, unificación o entendimiento financiero puede ser la salvación de tantos males?

No es que dudemos de la voluntad de los responsables en encontrar al fin la fórmula que nos proporcione la solución de salir del atolladero, es que a mayor volumen financiero y a más riesgo de equivocar la ruta, mayor será el batacazo. Y León no está para pruebas. Ni Burgos, ni Soria, ni Ávila, ni Segovia... Quizá Valladolid sí y pretenda asegurar su maniobra de fusión con hechos.

¿Cuál será, al cabo de la manipulación que se está gestando, el lugar en el cual quedará lo que quede de Caja España?

Dudamos de que la maniobra de resultados positivos para los unos y para los otros, sino, fundados en el pánico aldeano de perder lo que tenemos, nos quedemos sin nada.

Para que las cajas de ahorro hayan alcanzado la fortaleza y la seguridad que en la actual crisis se manifiesta, ha sido preciso manejar céntimo a céntimo muchos millones de pesetas y naturalmente también de euros, y a fuerza de sacrificios, de dificultades y de economía, ha llegado por lo que concierne a Caja España, a una entidad que produce confianza, término éste (el de la confianza obligada entre los interesados) que es el que se está manejando para ver de dar con la clave que nos permita resolver un problema surgido o sugerido por agentes de buena fe que piensan disponer del resorte fundamental para dominar el difícil trance de la crisis. Hágase, si los hombres importantes de las fiducias nacionales piensan que de la fusión puede salir la solución, sin ninguna duda, sin el menor temor, sin que pierdan el sueño o los dinero. Porque puede también darse el caso contradictorio y temible de que como consecuencia de este manejo aparezcan agentes que se beneficien y otros que se arruinen ya para los restos. ¿León entre estos?"


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