jueves, 18 de octubre de 2007

PERDIDOS EN EL OTERO. Otro felón más a la lista de panzapegos.


Tras las declaraciones de Otero al ABC de CyLeón, y si le quedara un ápice de dignidad personal, sólo le quedaría abandonar el partido en el que milita. Dicen que en política todo vale, pero cuando uno traiciona los ideales fundamentales de un partido, aquellos por los que ha accedido a los cargos públicos bien remunerados que desempeña, se está traicionando la confianza de los electores. En otros tiempos a esto se le llamaba cambio de chaqueta, ahora se debería llamar transfuguismo ideológico. Otero es hijo político de otro maestro en este arte de lo transfuga, pero como suele ocurrir el discípulo aprende y supera al maestro. Él no espera a que lo echen, simplemente se queda en el partido para desde dentro socavar sus cimientos, y dividirlo con la única aspiración de sacar rendimiento personal y rédito político para posteriores operaciones malabares. Dice que respeta la democracia interna dentro del partido, pero sus acciones y declaraciones van en dirección contraria. Cualquier observador podría pensar que trabaja para el enemigo.

Próximo ya el congreso del único partido que deberá defender los intereses de León frente al centralismo Vallisoletano, ante la desidia y el servilismo del resto de las organizaciones políticas que se pliegan a los dictados de Pucela, los mensajes que deberían surgir de ese congreso deberían ser claros y tajantes. O bien la UPL se erige en defensora de la reivindicación de la Autonomía Leonesa por encima de cualquier otro interés particular o debería disolverse ya que bastante daño hacen los partidos centralistas actuales como para dar de comer a más políticos que no defienden los intereses de esta tierra.

Señores de la UPL, y señores de los demás partidos, los leoneses no necesitamos más políticos pesebreros del ente autonómico. Necesitamos políticos no sólo que no cedan un paso en la justa defensa de las reivindicaciones históricas del Viejo Reino de León (o País Leonés), si no que sin componendas avancen en la dirección de lograr el objetivo final de una segregación del actual ente autonómico, que sólo ha traido a ésta tierra despoblación, pobreza y pérdida del orgullo colectivo como región histórica de esta España con la que algunos se llenan la boca pero que hace años que da la espalda a esta tierra por unas incomprensibles razones de Estado. Políticos que sin tregua, desmonten una a una todas las mentiras de la Junta Castellana para con esta tierra, políticos próximos a las necesidades de un pueblo que siente día a día, que tiene unos servicios públicos (sanitarios, judiciales, administrativos, económicos, culturales y de infraestructuras públicas entre otros) de segunda y a veces incluso de tercera categoría.

La Autonomía leonesa no debe ser un fin en si mismo, si no una herramienta a través de la cual mejore la calidad de vida dentro de todo el País Leonés, y este objetivo debería ser asumible por todos los políticos de esta tierra independientemente de las siglas que les soporten. En el panorama político actual o la UPL se reencauza hacia sus fines fundacionales o su existencia carece de sentido y otros vendrán que aprovecharán ese hueco político.

Ante las voces exigentes dentro del partido, otros claman por la moderación, señores llevamos más de veintitrés años de moderación y cada vez nos va peor. Basta ya de contemplaciones y de alegrarnos por las migajas que caen desde la mesa de Valladolid, hay que tomar la iniciativa antes de que el último joven leonés abandone esta tierra una vez acabados sus estudios, Faltan pocos años para que el País Leonés se convierta en un páramo yermo, donde las únicas empresas rentables sean las residencias de ancianos y las funerarias.


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