DIARIO DE LEÓN
Números cantan
"A LA ESPERA de conocer qué nos depara el nuevo modelo de financiación autonómica -”cuyo debate ha vuelto a demostrar que Castilla y León carece de cualquier capacidad de influencia-” estos últimos días se han hecho públicas dos estadísticas fundamentales para aproximarnos a la realidad de esta Comunidad Autónoma. De una parte, el padrón oficial de habitantes a 1 de enero del 2008; de otro, la evolución de nuestro índice de renta con respecto a la Unión Europea. La correlación de ambas estadísticas confirma, por si quedaba alguna duda, que el crecimiento de Castilla y León, además de insuficiente, sigue estando muy desigualmente distribuido.
Primer dato: si bien es cierto que la comunidad autónoma ha ganado en el último año población (exactamente 28.913 habitantes), también lo es que dicho aumento ha sido tan sólo de un 1,1% frente al 2,1% que ha crecido el padrón nacional. Incremento bastante por debajo de la media. El segundo dato revelador es que no todas las provincias han ganado censo en la misma proporción. Burgos (7.700) y Valladolid (7.358) se sitúan a la cabeza y a significativa distancia de León ((2.813) y Salamanca (2.078), netamente superadas por dos provincias menores fronterizas con Madrid: Segovia (4.577) y Ávila (3.177). Si a ello se añade que Zamora ha perdido población (16 habitantes), queda manifestamente claro que las tres provincias del antiguo Reino de León -”las del Plan Oeste-” siguen perdiendo peso en el conjunto de la comunidad autónoma.
Los datos sobre el índice de convergencia con la Unión Europea sitúan a Castilla y León en octava posición entre las Autonomías españolas, con un 103,03 por ciento de renta media. Pero de nuevo aparece una gran desigualdad provincial. Valladolid (114,66) y Burgos (113,32) vuelven a encabezar un ránking en el que las tres últimas provincias quedan por debajo de la media europea: León (96,35), Ávila (88,11) y Zamora (82,23). Otra vez el oeste a la cola del crecimiento y a gran diferencia del eje Valladolid-Burgos.
Volviendo a la evolución demográfica, no hace falta ser muy sagaz para suponer que el leve repunte se debe más a la llegada de población inmigrante que al crecimiento vegetativo de la población. De ahí que la Junta, tan proclive al autobombo, no se haya atrevido a vincular ese crecimiento a sus cacareadas políticas de natalidad. Del mismo modo, sin conocer todavía el padrón municipio a municipio, cabe sospechar que el incremento poblacional ha sido absorbido por los principales núcleos urbanos, en tanto que sigue incesante la pérdida de población rural.
La llamada Estrategia Regional* contra la Despoblación, pactada en el 2005 en el parlamento autonómico, nunca se ha traducido en una actuación decidida para atajar el problema. Ya ni se habla de ella. Ahora ha sido sustituida por el Plan de Desarrollo Rural impulsado al amparo de la ley estatal del mismo nombre. Este por lo menos cuenta con presupuesto: más de 2.000 millones de euros hasta el 2013. Entretanto, seguimos sin saber nada del Plan de Convergencia Interior, dotado con 125 millones de euros en los Presupuestos del 2009, una cantidad ínfima para corregir tamaños desequilibrios provinciales."
*Pa L´ASTIELLA autonómica
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