Unas y otras se suceden las huelgas de distintos colectivos, pero salvo a los diréctamente afectados (usuarios y trabajadores), a nadie le importan. Parece que nos hemos acostumbrado a ellas, como quien se acostumbra a ver los muertos en el telediario. Nadie hace nada por resolverlas empezando por la administración que antes de velar por los derechos de los usuarios. confía en que el conflicto se enquiste y se agote en si mismo, sin buscar soluciones para unos y otros, sobre todo si tenemos en cuenta que son las distintas administraciones (estatal, autonómica, municipal) responsables en disigual proporción de las causas que los originan. Las administración juega al peligroso juego de enfrentar al administrado con el trabajador, lo cual siempre conlleva un deterioro de los servicios públicos. Pero eso ¿a quién le importa? si hay una estrategia descarada de privatizar todo lo público, aunque sea a costa de la calidad asistencial, por centrarnos en el tema sanitario.
Hoy L´ASTIELLA DE RIBESLA os trae una columna de Opinión de La Crónica de León
firmada por Javier Callado, en la cual analiza la situación sanitaria
Hoy L´ASTIELLA DE RIBESLA os trae una columna de Opinión de La Crónica de León
firmada por Javier Callado, en la cual analiza la situación sanitaria
DEGRADACIÓN SANITARIA
En primer lugar, la reducción de las disponibilidades de personal ha supuesto que los servicios de urgencias se vean frecuentemente desbordados, especialmente en Ponferrada. También se refleja en la necesidad de que la misma plantilla cubra las vacaciones entre compañeros mediante la duplicación de horas de servicio. Tal presión se traduce en el cansancio de los voluntariosos profesionales y en la imposibilidad de responder a los picos de demanda.
La privatización de los servicios hospitalarios en León alcanza niveles abusivos. La mitad de todas las camas concertadas de la autonomía están en esta provincia. Podría pensarse que es una cuestión que sólo afecta al modelo de gestión sanitaria, pero la observación detallada descubre otra evidencia más grave: el ahorro de León en camas hospitalarias públicas sirve para financiar las inversiones de la Junta de Castilla y León.
Para que se entienda esta aseveración hay que explicar que el coste por día de una cama en un complejo hospitalario público está en torno a los 300 euros por día. El Sacyl paga por las camas de los hospitales privados concertados menos de 100 euros diarios. En otras palabras, cada cama que concierta la Junta en León supone un ahorro anual de 73.000 euros. Como en León se cuenta con 800 camas concertables dispuestas, que están ocupadas variablemente, multipliquen. Cada 100 camas de concierto el Sacyl ahorra en León en torno a 7,5 millones de euros al año, y como siempre hay varios cientos ocupadas... Sirva de contraste que hay provincias donde el Sacyl no tiene camas concertadas.
El tercer pilar del déficit sanitario son las inacabables obras del Hospital de León. Su ritmo es lento –duran ya diez años y aún faltan varios para su conclusión–, lo que induce a pensar que se financian con lo que ahorra el Sacyl gracias a los hospitales concertados. Además es la coartada de la Junta para cerrar plantas completas del complejo hospitalario y así desviar pacientes a los centros privados. Sin embargo no se explica por qué hay plantas vacías en el Monte San Isidro, parte también del complejo, sin reforma alguna en curso.
www.javiercallado.blogspot.com
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