El Gobernador Farquaad de la Hierrera(Shrek), a raíz del contubernio acaecido en la capital del Viejo Reino, en la Ciudad de León, ha orquestado el casamiento, por interés principal, entre la pérfida Carrasca y el ladino Silvanrrán. Ya toda la prensa escrita de aquella capital, agasaja a los novios por lo que pueda pasar, pues es sabido por todos, que con ambos consortes es mejor no pelear.
Les hacen fotos bonitas, y entrevistas preparadas, que hay que lavar la imagen, aunque esta esté deteriorada.
Carrasca, la novia, se esfuerza en sonreír, y repite sin descanso y con mucho rin tin tin, que lo que está unido nadie lo ha de dividir y jura por lo más sagrado que ella ha de trabajar por esta su tierra sin descansar, pero con la vista puesta más allá de Villalar.
Siguiendo la estrategia del vil Farquaad, a los del Bierzo promete todo el oro y amistad, y a los demás mano dura para contemporizar.
Mientras el novio Silvanrrán, con su falsa sonrisa habitual, va de aquí para allá, y a todos dice que todo es felicidad, que no existe pena ni gloria, pero no hay ganas de trabajar. Además, presume de lo que ha hecho ya y por todo lo que dice que un día hará, aunque lo uno esté sin empezar, y lo otro sin acabar.
Ambos dos van de la mano y Farquaad sombra les da, pues la labor encargada es de mucha responsabilidad: desmontar una revuelta con respaldo popular...pero a él que más le da.
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