Hace pocos días el Consejero de la Junta, Antonio Silván, volvía una vez más a acusar de victimismo a todos aquellos leoneses que vemos día a día que en nuestra tierra algo falla, ya que él, como muchos de sus simpatizantes no ven motivos para el desánimo dentro de la sociedad leonesa en general y si los hubiera desde luego no dependerían del Gobierno Autonómico.
Hacía estas declaraciones en relación con el tema del aeropuerto leonés, asegurando al mismo tiempo que todo iba bien y que no había nada que temer. Como si de un mal presagio se tratara y apenas cuatro días después la situación se desestabiliza y la compañía Lagun Air propone regulaciones de empleo y reducción de destinos, mientras el recientemente inaugurado aeropuerto de Burgos, anunciaba el próximo inicio de vuelos internacionales, mientras en el de León continuamos esperando confiados en la palabra del susodicho Silván, y el mal pagado de La Riva vuelve a postular por la necesidad de un solo aeropuerto en la Comunidad, que por designio divino debería estar en Valladolid.
Victimismo injustificado es la consigna que todos los defensores de la Comunidad deben esgrimir ante cualquier reivindicación que surja de los díscolos y desagradecidos leoneses, victimismo y un "todo va bien" y "cuánto hemos mejorado gracias a la Junta". En resumidas cuentas que nos quejamos de vicio y nos creemos víctimas de una conspiración urdida contra nosotros, por la administración autonómica, la misma que una y otra vez se esfuerza por nuestro bienestar, de la misma manera que lo hace por los ciudadanos del resto de las provincias de la Autonomía.
Como pareció que las palabras de Silván habían caído en saco roto y ante tanta discordia el propio Juan Vicente Herrera, Presidente del ente, tuvo que tomar cartas en el asunto, elevando el tono de voz por la insistencia de algunos en reivindicar lo que les parece justo, como si el Presidente pudiera perder el tiempo ante tanto mindundi, que no se da cuenta que unos cuantos castellanos no pueden estar pendientes de las reivindicaciones de tanto leonés, y que no hay nadie con vergüenza que pueda afirmar que el Gobierno autonómico quiera más a unos que a otros ya que como buen padre él quiere a todos sus hijos por igual, incluso a los más feos e ingratos. Instaba el Presidente a sus acólitos a mantener con coraje y orgullo todas sus posiciones, cerrando filas(prietas que se decía antes) ante el envite de los enemigos de este proyecto común de las nueve provincias, que está llamado a ser un referente dentro de esta España de hoy, perdida ante tanto autonomismo mal entendido.
Así que ya sabéis, ciudadanos leoneses, basta ya de tanta queja sin sentido. Si nuestra renta provincial cae, si envejece nuestra población y si los pocos jóvenes que pueden cursar estudios en nuestras ciudades deben emigrar para asegurarse un futuro digno, esto no es motivo de desánimo si no de esperanza en que algún día todo irá mejor aunque tal vez muchos de vosotros no estéis aquí para verlo.
Cuando la asistencia sanitaria no llegue a tiempo, pensad que en otras partes del orbe la situación es mucho peor y si debéis viajar fuera para cualquier consulta o intervención, agradecer esa oportunidad que se os brinda para conocer otras realidades culturales. Además debéis ser realistas y no pretender dar a vuestros hijos estudios que son privativos de otras civilizaciones más avanzadas. Sólo cuando vuestro nivel de renta os lo permita podréis enviarlos a estudiar fuera, allá donde sí les está permitido impartir docencia en determinadas artes, que no pueden ser impartidas por cualquiera.
Si no se genera empleo en esta tierra, pensad que la emigración os permitirá viajar que es el gran anhelo de los seres eruditos en el siglo XXI, por eso y no por otro motivo, las administraciones en su infinita sabiduría concentran los puestos de trabajo donde realmente merece la pena vivir, para que dejéis atrás absurdos sentimientos que os unen al solar de vuestros antepasados. Por ese mismo motivo procuran borrar cualquier vestigio de vuestra ancestral cultura que sólo os trae tendencias arcaicas impidiéndoos progresar hacia el futuro. Vuestra lengua, vuestras tradiciones y vuestro patrimonio monumental no suponen más que un lastre que no os deja avanzar hacia un futuro mejor. La falta de oportunidades laborales además favorece la conservación de la naturaleza que sólo deberá ser sacrificada cuando favorezca el desarrollo de otros pueblos, como una muestra inequívoca de vuestra desprendida generosidad, que hará que seáis recordados incluso cuando ya todos halláis emigrado.
Las infraestructuras sólo contribuyen al deterioro del medio natural, por lo que debéis sentiros afortunados si las carreteras, los trenes, los aeropuertos, las redes logísticas y las autovías de la comunicación os dejan de lado y prefieren otros pagos. Que sean otros los que sufran las consecuencias del progreso económico, que sean otros los que paguen por los aumentos de población que genera una población joven y que no hace otra cosa que consumir recursos.
Basta ya de victimismos injustificados ya que tenéis la suerte de que otros administran vuestros recursos y además toman por vosotros las decisiones que mejor os convienen en cada momento. Deberíais estar eternamente agradecidos.
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