Respecto a las consecuencias del pacto en el Conceyo de la Ciudad de León, todo está por ver y creo que ni siquiera los suscriptores del mismo son conscientes de las posibles consecuencias de sus actos a medio plazo. Pero a corto plazo se ha desencadenado una tormenta acompañada de abundante aparato eléctrico que no ha dejado indiferente a casi nadie. El hecho aparentemente instranscendente de que el Alcalde de una ciudad pacte con una fuerza minoritaria, entra dentro de lo habitual en el juego político, entonces ¿por qué tanto revuelo?. Tal vez sea por la posibilidad que a diferencia de otros pactos, lo interesante no sean las inversiones comprometidas, ni el reparto de las concejalías, si no el aparente compromiso entre ambas partes de alcanzar objetivos políticos concretos en contra del poder administrativo y político actualmente vigente.
Sólo de esta manera se explica la virulencia con la que el agonizante Villalba, atacó la actitud de su compañero Francisco Fernández. Pero dentro del PSOE la cosa no ha quedado ahí y toda una recua de cargos y dirigentes han corrido a posicionarse del lado del poder establecido por lo que pudiera pasar, está en peligro un negocio que les lleva mucho tiempo dado de comer y les preocupa que pudieran cambiar las reglas del juego. Repiten de forma enfermiza la frase de atado y bien atado no sabemos si queriendo hacer volver a nuestra memoria los estertores del anterior régimen, para despertar un temor infundado a la inestabilidad democrática. A la vez, unos y otros afilan sus cuchillos agazapados ante el próximo asalto a la fortaleza regional del partido.
Mientras en el PP, amparados en la renovación de la mayoría en las Cortes Autonómicas, intentan mantener la calma y disimular, algunos incluso mirando para otro lado y otros aprovechando para atacar al contrario y así olvidarse de los problemas propios, con luchas fratricidas que intentan resolver en la intimidad del partido. Rápidamente hacen entrar en escena a sus viejas glorias (Lucas, Posada...) que alertan también sobre los peligros que puede traer debatir sobre lo incuestionable, la unidad del engendro autonómico. Podrían tambalearse los cimientos de falsedad sobre los que se sustenta este invento que tan buenos resultados les ha dado y que tantos beneficios les ha reportado.
En el PP leonés se agazapan cobardemente, nadie se atreve a levantar la cabeza por si se la cortan y sólo García Prieto en agradecimiento a su nuevo posición, da la cara y comprende pero no comparte en actitud ambigua. En el PP tienen pesadillas, se despiertan entre sudores pensando en qué habría pasado si aquellos votos que se encontraron dos días después, siguieran perdidos. ¿Cuándo alguien en el PP leonés va a alzar la voz en nombre de todos aquellos "populares" que en privado reconocen que todo esto ha sido un error y que nos iría mucho mejor separados de Castilla?
Muy posiblemente a los protagonistas de esta historia se les irá algo más que el puesto en sus respectivos partidos, pero sólo les queda una posibilidad para intentar salir de esta con la cabeza bien alta y es seguir con su apuesta hasta el final y hasta las últimas consecuencias. Quizás no sea la última batalla, pero sin duda es una que va a merecer la pena luchar. Sólo es necesario que pase el tiempo necesario para que unos y otros se den cuenta de que sus razones no son la solución a nuestros problemas.
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1 comentario:
Enhorabuena por el diario. Saludos y ánimo. Viva el País Leonés
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