A nadie se le escapa que La Crónica está haciendo campaña por el leonesismo, precisamente en el mismo momento que la nueva dirección del Diario de León muestra cada vez más a las claras su tendencia castellanista, con continuas referencias incluso en las cartas al director (no sabemos por qué cada vez más castellanos escriben al Diario) y la profusión de noticias de ICAL (la agencia de noticias del régimen pucelano), así como autopromoviendo noticias de otros medios del monopolio Ulibarri (Televisión Castilla y León).
Pero respecto a las intenciones de La Crónica ese es otro cantar, no es que estén convencidos de las bondades del leonesismo, si no más bien responden, según dicen algunos, a los intereses del Grupo Martínez Núñez para restar votos al PSOE, en la misma línea que el tránsfuga De Francisco, que manifiesta públicamente que votar UPL es votar PSOE, y votarle a el es apostar por la unificación del leonesismo (!!!!).
Hoy a la vez que se edita una encuesta sobre un hipotético referendum sobre la autonomía leonesa (¿acaso hubo un referendum para entrar en esta autonomía? ¿acaso se aprobó el estatuto en referendum? ¿o es que se piensa refrendar por la ciudadanía la reforma estatutaria?) se publica una editorial sobre la vocación leonesista y la falta de un partido consistente que la defienda.
Hoy a la vez que se edita una encuesta sobre un hipotético referendum sobre la autonomía leonesa (¿acaso hubo un referendum para entrar en esta autonomía? ¿acaso se aprobó el estatuto en referendum? ¿o es que se piensa refrendar por la ciudadanía la reforma estatutaria?) se publica una editorial sobre la vocación leonesista y la falta de un partido consistente que la defienda.
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1 comentario:
OPINIÓN
EDITORIAL LC220507
El leonesismo crece, pero no halla partido
El leonesismo, como sentir identitario, crece y no sólo queda en evidencia en las manifestaciones que recorren las calles de la ciudad, sino también en los estudios demoscópicos. En mayo de 2003, en el mismo escenario electoral en el que ahora nos situamos, un sondeo de opinión encargado por este periódico y realizado en la ciudad de León establecía un empate entre los partidarios y detractores de la pertenencia de León a Castilla, y de elegir otra opción territorial, el 32,7% prefería el enlace de León con Asturias, frente al 26% de León solo y el 14,6% con Zamora y Salamanca. Cuatro años más tarde, el avance leonesista es innegable, el 57% de los encuestados se pronuncia a favor de la ruptura con Castilla, un 71,6% reclama un referéndum sobre la autonomía leonesa y un 52,8% de los favorables a la segregación se decantan por la unión histórica con Zamora y Salamanca. Al tiempo que la opinión pública eleva la bandera de León, también reconoce que el carácter casi utópico de su reivindicación. Lo que en apariencia es una paradoja, oculta un trasfondo mayor. El leonesismo social está en la calle y la reforma del Estatuto fue una oportunidad perdida para su reconducción en el marco autonómico actual. Pero ese vindicante sentir no tiene al día de hoy traducción política. La UPL no ha sabido o podido convertir en votos esta creciente posición social, quizá por eso quienes hoy se pronuncian como leonesistas también miran la autonomía leonesa como un sueño casi irrealizable.
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