Guei vos traigu dous testos de dous homes qu´aman la sua tierra y que pur eillu siente la pérdida d´esti home que siempres defendiéu la llibertá de los pueblos.
Hoy me desayune la noticia de que Labordeta ha muerto, y no he podido evitar una gran convulsión en la” fuerza”.
He recordado, como si fuera ayer mismo, el día que nos conocimos en persona y cantamos juntos esta canción. Era en los jodidos a ...ños 70 cuando hasta cantar estaba prohibido – según depende que canciones- Tu estabas en el escenario del Cine Club Candilejas. –Realmente... el salón de actos del colegio de Jesús Divino Obrero- Yo entre el publico.
Era la primera vez que te veía, pero ya conocía tu música y tus poemas. Desde la lejana Aragón, a lomos de tu bronca voz, llegaban a las Tierras Leonesa, tus vientos de libertad.
Tu brutal sinceridad baturra nos conquisto.
Al oír las exclamaciones leonesistas del publico dijiste mas o menos: “yo no sabia que existiera un pueblo leonés”.
Enorme protesta del público, porque sabíamos que eras maestro.
Y tu contestaste” No, escucharme, yo se que sobre el mapa, hay una Región Leonesa. Lo que no sabia es que existiera un Pueblo Leonés, que como tal se sintiera”
Entonces la comunión con el público fue total. Teníamos demasiadas cosas en común. Éramos como tu, ciudadanos del mundo sin fronteras, y a la vez, defensores de la Libertad y de nuestra Tierra. ¡Que es el primer sitio, donde hay que luchar por la libertad!
“A Santa Eudosia la pido,
Que nos conserve en Región
Porque aunque antes fuimos Reino
No nos dejan ser Nación.”
.......
Al evocar la figura de José Antonio Labordeta uno no puede por menos que sentir cierta envidia de los aragoneses, que han tenido la fortuna de encontrar en él un referente común que ha contribuido como nadie a reconocer unas señas de identidad colectiva. Labordeta, un tipo íntegro de los pies a la cabeza, ha sido muchas cosas y todas ellas trascendentes a su nivel, profesor, poeta, cantautor, diputado.., facetas todas ellas ejercidas cabalmente bajo la misma mochila de la dignidad personal y el compromiso social. Pero aunque su obra ha trascendido ampliamente el terruño aragonés, desde que comenzó a cantar a su tierra hasta que terminó representándola en el Congreso de los Diputados, ha encarnado por encima de todo la voz y el alma de Aragón.
Los aragoneses no tendrían ni la autoestima colectiva ni el Estatuto de Autonomía que tienen -por supuesto, más avanzado que el de Castilla y León- sin la aportación de Labordeta a la primera y de su formación política, la Chunta Aragonesista, al segundo. La existencia de dos partidos aragonesistas con representación parlamentaria (el otro es el Partido Aragonés Regionalista) se ha dejado notar siempre tanto en la política interna aragonesa como en Madrid.
En las siete legislaturas autonómicas (28 años) de la comunidad de Castilla y León, solamente dos fuerzas políticas de ese corte han conseguido representación en el Parlamento Autonómico. Y ambas con una concepción territorial completamente divergente: la Unión del Pueblo Leonés y Tierra Comunera, añorante de la gran Castilla histórica que se extendía desde Cantabria a Requena. Aunque su procurador, Carlos Rad, realizó un papel más que digno, la presencia de Tierra Comunera (TC) se limitó a una sola Legislatura (99-2003), sin conseguir escaño en ninguna de las elecciones posteriores.
Pese a ello, con ocasión de la última reforma del Estatuto de Castilla y León, la ponencia parlamentaria ofreció a TC, al igual que a IU, la posibilidad de exponer sus planteamientos. Fue un gesto hacia la galería, ya que tanto las posiciones de TC e IU como las de UPL fueron completamente ignoradas por PP y PSOE, que se guisaron ellos solos esa reforma estatutaria con un consenso igual de excluyente en Valladolid que en Madrid. La anécdota de ese proceso fue ver al diputado por Zaragoza José Antonio Labordeta defendiendo (naturalmente sin ningún éxito) las enmiendas de Tierra Comunera, a la que prestó su generosa voz en el atril del Congreso de los Diputados. Creo recordar que luego en el Senado un representante de Coalición Canaria hizo lo propio con las enmiendas de la UPL (obviamente con idéntico resultado nulo).
Entre otros efectos democráticamente nocivos, es evidente que el bipartisdismo PP-PSOE, además de empobrecer el debate político, no contribuye nada a fortalecer el sentimiento de comunidad. Lo hemos visto claramente en esta última legislatura, donde la renuncia de Joaquín Otero y Héctor Castresana a sus postulados leonesistas para alinearse con el PP ha deparado en la práctica ese reduccionismo bipartidista. Ni Castilla ni León han tenido nunca un Labordeta. Y así nos ha ido y nos va.
1 comentario:
http://mimo-poesiayprosa.blogspot.com/2007/12/cancionero-canto-la-libertad-labordeta.html
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