lunes, 9 de julio de 2007

VEINTE AÑOS DE UN CRIMEN


Se cumplen estos días, los veinte años del inicio de la secuencia de acontecimientos últimos que desembocaron en el cierre definitivo y anegamiento de todo un valle, único, no sólo en la provincia de León , ni siquiera en España, tal vez en toda Europa.

No sólo desapareció un valle, sino que se hundieron para siempre las esperanzas y anhelos de muchos paisanos de ANCILES, BURÓN (parcialmente reconstruido), ESCARO, HUELDE, PEDROSA DEL REY, VALLE DEL PONTÓN, LA PUERTA, RIAÑO (construido un nuevo pueblo que poco tiene que ver con el original) y SALIO. Y todo por un sueño faraónico del franquismo, pero que no debemos olvidar que resucitó un gobierno socialista que en aquella época gobernaba el Estado, la Autonomía y la Diputación Provincial, y contó con la complicidad del Partido Popular. Se enfrentó a la montaña con los pueblos del sur en nombre de un agua que sólo fue la disculpa. Se benefició descaradamente a las eléctricas y hoy se saca el agua del territorio leonés para abastecer Palencia y Valladolid, mucho antes de que se iniciaran las obras de los tan ansiados regadíos en una agricultura que suspira por la subvención, y que cobra por el barbecho y por dejar a las avutardas pastar en el secano.

Pero además se continuó el plan para destruir lo leonés pieza por pieza, ladrillo a ladrillo, pueblo a pueblo, comarca a comarca, con el objetivo de desarraigar la población, humillarla y en esta ocasión con el agravante de favorecerse sin disimulo, con el producto de tales acciones. Antes había sido el Pantano del Porma, en pleno franquismo, sin opción a rechistar y por la Gracia de Dios; entonces cayeron VEGAMIAN, CAMPILLO, LODARES, ARMADA, UTRERO, CAMPOSOLILLO, QUINTANILLA Y FERRERAS, había que prevenir las dañinas crecidas. Y antes el Pantano de Luna: ARÉVALO, CAMPO DE LUNA, LA CANELA, CASASOLA, COSERA DE LUNA, LAGÜELLES, LÁNCARA, MIÑERA, MIRANTES, OBLANCA, SAN PEDRO DE LUNA, SANTA EULALIA DE LAS MANZANAS, TRUVA y VENTAS DE MALLO, había que regar el Páramo.

Muchos dicen que se pagó todo aquello. ¿Cual es el precio de anegar la vida y de ahogar la esperanza? Yo pienso que no hay dinero que pague que se aniquilen los recuerdos y se hunda para siempre el solar familiar de varias generaciones. ¿Cómo se pagan las cicatrices del alma? Otros dicen que es el precio el progreso, pero el tiempo ha demostrado que ese progreso sólo ha traído desolación, pobreza y olvido para los Valles Leoneses. Hoy en Europa ese tipo de progreso está proscrito. Yo más bien pienso que Riaño formaba parte de un plan, cuyo objetivo era robar una de las fuentes de riqueza del País Leonés, como lo son sus recursos hídricos, pensando en controlar una cuenca hidrográfica en la que no se tienen en cuenta los intereses de quienes aportan el agua y sí de los que se benefician de ella , ya que la confederación se dirige desde Valladolid (....¿casualidad?). ¿Son conscientes Salmantinos, Zamoranos y Leoneses del agua que aportan sus respectivos ríos al Duero? ¿ Son compensados adecuadamente por la riqueza que aportan y por el repetido sacrificio de sus pueblos? ¿Hasta cuando el pueblo leonés va a aguantar pacíficamente la destrucción sistemática de sus señas de identidad?



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